domingo, 26 de agosto de 2012

What girls love most in guys


Ya sea chico o chica, cualquier persona que decidimos tener a nuestro lado nos gana por la personalidad.
Cómo ve el mundo, cómo se ve él mismo, cómo te ve a ti o cómo ve al resto es lo que determina tu visión sobre esa persona independientemente de su físico.
Esta recopilación de puntos básicos no es cosecha únicamente mía, si no que es fruto de comparar experiencias propias y ajenas durante laaargo tiempo.
Y, ¡eh! Es válido tanto para cualquier tipo de relación, sea de la naturaleza que sea.

-         Sentido del humor. Que te haga reír.  Y no me refiero a que te cuente chistes o a que se esté haciendo el gracioso las 24 horas. Me refiero a que le sobre sentido del humor y lo regale, a que le vea el lado divertido de las cosas y disfrute con que tú lo veas también. Algo tan sencillo es vital. Que seáis capaces de reíros juntos hasta que os duela el estómago es un síntoma de solidez en la relación.

-         Humildad. Que sea humilde. Vale que cierta chulería pueda tener su punto, siempre que sea más una pose o un deje inconsciente que una actitud premeditada y estudiada. Pero la prepotencia, ya sea a nivel de discurso o de apariencia física, es un antídoto fulminante contra el atractivo. No hay nada peor que un chico que te mire por encima del hombro hablándote de sus vastos conocimientos sobre infinitos temas, incluso los que no te interesan un carajo. Que te exponga todas sus opiniones con tinte de meeting y que, por cierto, todas son acertadas.
En cambio, un chico/a que sepa conversar con gente de cualquier nivel cultural o social, sea educado y sepa escuchar, tiene mucho terreno ganado.

Y en cuanto al aspecto físico el caso es aún más flagrante: no hay nada peor que un chico que “es guapo y lo sabe”. Entendámonos, todos tenemos ojos en la cara para saber si uno es guapo, del montón o un orco de mordor. Pero sabéis a lo que me refiero. Cuando un chico/a es del tipo “es guapo y lo sabe” se casaría consigo mismo y tendría hijos solo para clonarse. Es el tipo de chico que cree que juega “en otra liga”, y piensa que todas las chicas caen rendidas a su paso. Por supuesto que su imaginación juega un papel clave en estas creencias, pero en su cabeza parece haber un globo inflado de ego que le impide separar realidad de ficción.

-         Average. Que sea normal. Vaya generalidad, ¿no? ¿Qué es lo normal y qué no lo es? No vamos a entrar en cavilaciones filosóficas porque si no este blog se llamaría “Cavilaciones filosóficas de LadyMadriz”, lo que no queda demasiado cultureta. Con el término “normal” nos referimos a sencillo, transparente, coherente con su forma de pensar, sin nada que ocultar ni disfrazar. Que se adapte a cualquier situación sin problema. Por supuesto que cualquier desequilibrio o extremo no entran dentro de la clasificación de “normal”.

-         Interesante. Que tenga tema de conversación. Experiencias que ha vivido, lugares en los que ha estado, ideas, pensamientos, absurdeces, en definitiva, cosas que contar…. Y que sepa escuchar. ¡Sí, ya sé! Muy de chica, ¿verdad? Pero la realidad es que a todos nos gusta ser escuchados. Y existe el pensamiento erróneo de que “aportar” en una relación es únicamente contar cosas, hablar… cuando realmente no es así. Un diálogo no se basa en “te cuento, y ahora me cuentas tú”. Puedo hablar de mis cosas, y tú puedes intervenir en ellas. Y cuando tú me cuentes lo que te apetezca, yo te pregunto, comento, te aconsejo, y no por obligación si no porque me interesa.
      Cuando te atrae una persona quieres conocerla, saber de ella, escuchar sus gustos, sus aficiones, su pasado. Y cuando ya la conoces y la quieres, te gusta saber qué tal le ha ido el día, escuchar la historia tan divertida que le ocurrió con sus amigos el finde pasado o sencillamente cómo se siente. Nos gustan las personas que nos enriquecen con sus historias, sus pensamientos y sus ideas, no cabe duda. Pero una relación no está hecha para ser unidireccional. También nos gusta que nos pregunten, nos escuchen y se interesen por nosotros.

-         Basic. Que te acepte tal y como eres. Con tus más y con tus menos. Que a pesar de todas tus virtudes y todos tus defectos, te siga admirando. Que nunca te niegue un abrazo es, quizá, la parte más fundamental de todas.

Seguro que muchos pensáis en la sinceridad, fidelidad, y otros tantos aspectos importantes en las relaciones… pero esa es otra historia. Esto no es más que un primer contacto, una “guía de bolsillo” para dummies. De las que me gustan a mí.
 

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